El “fast-track”, o alta rápida se ha popularizado para las prótesis de rodilla, pero también es posible llevarlo a cabo en las PROTESIS PRIMARIAS DE CADERA. Para ello, es necesario cumplir con los siguientes parámetros, que desarrolla habitualmente nuestro equipo:
- Tiempo reducido de intervención (inferior a 45 minutos) y abordajes limitados, lo que es posible por la formación y el entrenamiento de los miembros del equipo. Contribuye a reducir los riesgos de sangrado e infección.
- Control del dolor postoperatorio merced a los protocolos del Sº de Anestesia e infiltración de los tejidos intervenidos con composiciones de soluciones anestésicas y analgésicas.
- Control del sangrado intra y postoperatorio, gracias al empleo de productos farmacéuticos (acido tranexámico) y al cierre minucioso por planos del abordaje quirúrgico. Ello permite suprimir el uso de drenajes y situaciones de anemia postoperatoria evitando realizar transfusiones.
- Control de la estabilidad del implante. Que se consigue mediante la comprobación intraoperatoria y la eventual corrección de la orientación de los componentes. Permite sentar al paciente el mismo día de la intervención y reanudar el andar con ayuda de bastones dentro de las primeras 24 horas.
El desarrollo de protocolos que cumplan con estos factores nos permite promover el alta hospitalaria en plazos de 24 a 96 horas, dependiendo en gran medida de la agilidad previa de cada paciente.
Este menor tiempo de ingreso hospitalario junto con la compra centralizada de los implantes por parte del Grupo Quirónsalud nos permite proponer presupuestos con costes sorprendentemente asequibles.