El “fast-track”, o alta rápida se ha popularizado desde hace tiempo para las PROTESIS PRIMARIAS DE RODILLA. Para ello, es necesario cumplir con los siguientes parámetros, que desarrolla habitualmente nuestro equipo:
- Tiempo reducido de intervención (inferior a 60 minutos) y abordajes limitados, lo que es posible por la formación y el entrenamiento de los miembros del equipo. Contribuye a reducir los riesgos de sangrado e infección. El uso eventual de guías personalizadas contribuye también a reducir el tiempo de intervención.
- Control del dolor postoperatorio merced a los protocolos del Sº de Anestesia e infiltración de los tejidos intervenidos con composiciones de soluciones anestésicas y analgésicas.
- Control del sangrado intra y postoperatorio, gracias al empleo de productos farmacéuticos (acido tranexámico) y al cierre minucioso por planos del abordaje quirúrgico. Ello permite evitar situaciones de anemia postoperatoria y la necesidad de realizar transfusiones de sangre.
- Control de la movilidad del implante. Que se consigue mediante la comprobación intraoperatoria del espacio en flexión y extensión y la eventual corrección de estos. El uso eventual de guías personalizadas contribuye también a la correcta colocación del implante protésico.
El desarrollo de protocolos que cumplan con estos factores nos permite sentar al paciente el mismo día de la intervención y reanudar el andar con ayuda de bastones dentro de las primeras 24 horas, así como la movilidad completa de la rodilla.
El alta hospitalaria se produce en plazos de 48 a 96 horas, dependiendo en gran medida de la agilidad previa de cada paciente.
Este menor tiempo de ingreso hospitalario junto con la compra centralizada de los implantes por parte del Grupo Quirónsalud nos permite proponer presupuestos con costes sorprendentemente asequibles.